Después de lo malo, después de lo bueno, la vida sigue.
Tal vez por eso, algunos (más los chicos) no se cansan de leer y releer el mismo libro. De mirar y mirar la misma película hasta que la aprenden de memoria.
Y otros (más los adultos), de disfrutar una y más veces una ópera en un idioma que desconocen o un ballet (del que previamente se conoce el argumento).
... Ni hablar de escuchar mil veces la misma canción.
Pero rara vez uno se ríe muchas veces escuchando el mismo chiste.
Un libro es mucho más que un cuento.
Un libro álbum es mucho más que un cuento ilustrado.
Y el final de un libro no es siempre el mejor lugar para ubicar la vuelta de tuerca, la sorpresa.
Hay quienes de la ópera sólo disfrutan la música, o de un libro sólo las imágenes.
Como autores (¡de lo que sea!) contamos con muchas herramientas donde enfocar la emoción
(argumento, música, texto, lirismo, puesta en escena, coreografía, diseño gráfico), y no siempre es necesario usarlas todas.
Creo que es bueno reflexionar sobre este tema a la hora de abrir el cajón donde duermen tantos proyectos, las más de las veces, sólo esperando su final feliz.
martes, enero 30, 2007
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2 comentarios:
Pará loca!!! dame un respiro!
Te cuento que has sido etiquetada por mi! Tienes que visitar mi blog y seguir las instrucciones...
usté lo ha dicho, a disfrutar de los sentidosssssssssssss!
wvwwkw( mirá que linda clave la de hoy!!!)
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